LA RIICCA opera como una red de generación de conocimientos científicos sobre la dimensión simbólica de los sistemas alimentarios (DSSA) en diversas escalas, fenómenos y procesos que serán estudiados desde la perspectiva de la teoría de los sistemas complejos. Por esta razón el núcleo de la red es la INVESTIGACIÓN. Es a partir de los resultados de los diversos procesos de investigación en diferentes escalas, que se derivan los cinco subsistemas, como formas de objetivación y retroalimentación de los productos del conocimiento sobre el Sistema Simbólico Alimentario.
Por esta razón el núcleo de la red es la INVESTIGACIÓN. Es a partir de los resultados de los diversos procesos de investigación en diferentes escalas, que se derivan los otros cinco subsistemas, como formas de objetivación y retroalimentación de los productos del conocimiento sobre el Sistema Simbólico Alimentario.
Subsistema de INFORMACIÓN
Toda investigación debe generar bases de datos que paulatinamente se organizarán en sistemas de información, tanto empírica como conceptual.
Subsistema de DIFUSIÓN
La actividad de la RICCA debe tener difusión amplia y segmentada, tanto a los investigadores del área como a los posibles usuarios y participantes en las comunidades emergentes de conocimiento.
Subsistema de PRODUCCIÓN
Los resultados y avances de toda investigación deben generar una serie de producciones que abarcan en distintos formatos lo audiovisual, lo digital y la edición de textos de carácter científico.
Subsistema de FORMACIÓN
Los avances de investigación estarán ligados al desarrollo, fortalecimiento y retroalimentación con programas de Altos Estudios, Seminarios permanentes y talleres sobre la DSSA para la comunidad académica iberoamericana. De esta manera aprovechamos el conocimiento generado en la formación de capacidad de investigación distribuida en la región iberoamericana.
Subsistema de REDISEÑO CULTURAL PARTICIPATIVO
Conocer es hacer para transformar y transformarse, por esta razón los conocimientos generados por la RIICCA deberán ponerse en diálogo con los sectores de la población más vulnerados en cada región (comunidades originarias, suburbanas, rurales, minorías) que han sufrido un proceso de empobrecimiento económico potenciado por su débil organización social que les ha impedido resistir y contraponerse a esta política de globalización/imposición de un particular estilo de vida. La estructuración histórica del Sistema Simbólico Alimentario abarca desde el control de la producción de alimentos en el campo, hasta su transformación en productos ultra procesados, así como todo el aparato de mercadeo publicitario que ha definido la oferta y a su vez ha propiciado una modificación en la dieta, tanto nutricia como cultural. Son enormes cantidades de personas a quienes se les ha expropiado el control de sus propias condiciones de vida sana, nutritiva y convivial.
Es decir, de sus condiciones de producción antroponómica. De acuerdo con el conocimiento accesible y documentado, este fenómeno complejo ha sido potenciado por la dinámica de los últimos 50 años, en las que el atractor más importante del Sistema Simbólico Alimentario ha sido moldeado al ritmo de la acumulación financiera de corporaciones llamadas “Big Food”, que tienen como meta la maximización de sus ganancias independientemente de los efectos en la salud pública derivados del consumo de sus productos. Sus formas de imposición de esquemas han catalizado una crisis mundial en la relación entre la salud, la alimentación y la convivialidad.
La formación de Comunidades Emergentes de Conocimiento sobre Salud, Alimentación y Convivialidad (CEC-SAC), se consigue con el trabajo de investigación acción en el que los agentes participan activamente en la definición de sus problemas; en la generación de información pertinente; en la organización y coordinación de sus participantes y en la generación de conocimiento que les permiten modificar sus acciones y concepciones del hecho alimentario. Ante la condición de pérdida de la soberanía alimentaria en todas las escalas, la creación de diversas CECSAC facilita la acción de formación de redes entre estas comunidades emergentes, con lo que se da espacio no solo a la investigación científica rigurosa, sino a la incidencia de modificaciones en las concepciones y acciones de los participantes y sus respectivos entornos de vida cotidiana.